domingo, 19 de abril de 2015

Cerebro vs Corazón

Un día caminando por el mundo de los sueños, mi corazón y mi cerebro se encontraron por casualidad, lejos de evitarse los dos se miraron fríamente durante un instante que se hizo eterno, el silencio sepulcral fue roto por uno de ellos que fuertemente exclamo:

¡¡Ahhh!! Mira qué casualidad, justamente contigo quería hablar – Dijo el corazón...

El cerebro lejos de inmutarse le contesto, pues aquí me tienes, listo estoy para escuchar lo que tengas que decirme, el corazón comenzó a decirle; veras, estoy muy disgustado contigo y me tienes al borde del infarto, ya que desde hace poco te estás tomando atribuciones que no te tocan, ¿desde cuándo el tomar decisiones en el plano sentimental es tu trabajo? No puedes ni debes hacer eso, no puedes medir el amor con lógica ni el afecto con la razón, no puedes escribir un poema de una manera fría y simple, no puedes hacer sentir bien a la gente haciendo referencias a tantas cosas bonitas desde la frialdad...no puedes responder a la pregunta de ¿Me quieres? porque no tienes ni idea de lo que significa, qué puede saber de eso alguien como tú que no conoce el sabor dulce de la felicidad, lo amargo de la tristeza, lo acido de culpa, o lo agrio del desprecio, dime, como podrías saber eso tú...
Yo solo actuó conforme a lo que tú hiciste primero, acentuó el cerebro. Durante algún tiempo te dedicaste a la toma de decisiones de una manera visceral, decisiones que eran de mi responsabilidad, sin preguntarme, simplemente las tomaste, pasando por encima de mí. Así que si hablamos de intromisiones seguramente saldrás perdiendo, dime de todas las decisiones que tomaste cuántas de ellas fueron las correctas. He descubierto, que tu manera de actuar es como la de un niño pequeño, que solo se deja llevar por la acción del momento y por lo que desea. A lo que llamas amor, no es más que un conjunto de síntomas repentinos, parecidos a los de la gripe, estado febril, dilatación de pupilas, palpitaciones, sudoración, temperatura alta y disminución de pensamiento periférico.
El corazón ardía de furia y comenzó a gritarle a su rival, ¿en serio piensas eso?, pues mira que me tiene sin cuidado, porque tú no eres nada perfecto, tú también eres solo un cobarde que oculta sus errores echándole la culpa a terceros y sabes bien a lo que me refiero...”Si los pies se hubieran movido, hubiéramos ido detrás de ella”, “ Si la boca hubiera hablado, habríamos pedido que se quedara”, “ Si el corazón no hubiera dudado, habríamos dicho lo que sentimos". Tu estúpida lógica solo nos puede traer caos y soledad, quién podría amar a alguien cuyo cerebro es quien rige sus sentimientos, al final sería como si un robot la enamorara y eso espero nunca llegar a verlo. Después de una larga discusión corazón y cerebro se echaron uno encima de otro y la emprendieron a golpes, Por suerte me encontraba pasando por ahí y el barullo de la pelea llamo mi atención, cuando los vi a los dos, sangrando y jadeando…aun gritándose insultos a más no poder, me metí a separarlos, ¡¡ya señores por favor!!, ¿qué pasa aquí?, ¿por qué pelean? – Ambos procedieron a exponerme sus razones, y después de escucharlos les dije: Agradezco su preocupación, pero es cierto que hacen mal en interferir cada uno en el trabajo del otro, dado que cada uno tiene el suyo propio y deben realizarlo lo mejor que puedan, lo que pasa conmigo no solo es responsabilidad de ustedes hay otros involucrados, así que esta pelea me parece absurda. Corazón, es cierto tú haces aflorar lo mejor de mí, me das valor para decir lo que pienso, me das paciencia para soportar a veces lo malo de la vida, me das calidez para demostrarle mi afecto y amor a la gente que me importa, pero también haces aflorar lo peor de mi, cuando amo a alguien me vuelves egoísta, celoso, posesivo, inseguro, cuando tengo amigos haces que busque solo su exclusividad, que no puedan darle su tiempo y su cariño a nadie más que a mí. Pero olvidando todo eso, usted me permite hacer lo que nadie mas podría hacer, amar libremente, mirar a los ojos a esa persona que amo y decirle tan solo que la amo y que soy consciente que tal vez no sienta lo mismo por mí, pero que el amarla me hace feliz. Eso me ha hecho inmensurablemente fuerte amigo mío.Por otro lado mi buen amigo cerebro, usted me ha dado la lógica y la razón, me ayuda a discernir que no existe razones lógicas por las cuales no pueda ser feliz, que la razón me ha ayudado a no odiar a mis enemigos ni a la gente que me odia, su pensar me ayuda a tomar las decisiones correctas, es cierto que algunas no son buenas, pero cuando hacer lo correcto ha sido del todo bueno, y sobre todo, usted me ha ayudado a levantarme del dolor y la tristeza dándome razones para no estar triste. Es cierto que a veces su lógica se convierte en cabezonería y también es verdad que algunas veces ha matado mi felicidad, pero que le vamos hacer, nadie es perfecto. Dicho esto ambos decidieron hacer una tregua y dedicarse un tiempo cada uno a sus propios asuntos…espero el día en que ambos lleguen a entenderse y a ser amigos, se que ese día está lejano, pero ambos me dan juntos la mejor de las razones para creer que todo es posible en esta vida...no pierdo la esperanza.

Posdata:
A veces, hay que olvidar lo que sientes y recordar lo que te mereces...¿o quizá no?

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